El libro de Matsushita se ubica en el debate historiográfico y político sobre los orígenes del peronismo (el autor hace un resumen del mismo en la Introducción de la obra). La intervención de Matsushita en dicho debate se aleja de las interpretaciones clásicas de Gino Germani (el peronismo surgió como resultado de la manipulación por Perón de los obreros “nuevos”, provenientes de las migraciones internas desde las zonas rurales del país y carentes de experiencia política) y de Miguel Murmis y Juan Carlos Portantiero (el peronismo es el resultado de la participación de los obreros “viejos”, que habían liderado el MO hasta ese momento). [1]
Matsushita percibe un problema fundamental en las interpretaciones mencionadas: la simplificación de la continuidad de los procesos históricos. Germani afirma que existe una ruptura entre el MO anterior a 1945 y el posterior a esa fecha. Murmis y Portantiero, por su parte, acentúan las continuidades entre el MO pre-peronista y el MO peronista. La lectura de las Conclusiones (pp. 413-418) muestra las críticas de Matsushita a esos enfoques. Mientras que Germani deja de lado la participación del MO organizado en el surgimiento del peronismo, Murmis y Portantiero ignoran que “la relación entre el gobierno y el movimiento obrero cambió radicalmente a partir de mayo de 1944” (p. 417).
Matsushita se aboca a la reconstrucción de la evolución de la ideología del MO en el período 1930-1945. [2] En su opinión se trata de un aspecto que ha sido descuidado en los trabajos sobre los comienzos del peronismo. Si bien el libro trata superficialmente o deja de lado las luchas obreras (por ejemplo, la huelga de los trabajadores de la construcción en 1935-1936, dirigida por los comunistas) [3], el enfoque adoptado sirve para abandonar la idea de un MO pasivo, que se deja manipular por un coronel ambicioso y/o por el oportunismo de dirigentes que deciden pasarse a las filas del peronismo. Como todo suceso histórico, el 17 de octubre de 1945 constituye la amalgama de rupturas y continuidades. En este sentido, el surgimiento del peronismo es el resultado novedoso de un MO con larga historia y tradiciones ideológicas dinámicas.
En el capítulo I (pp. 41-81) el autor esboza los rasgos principales de las tendencias del MO en Argentina: anarquismo, socialismo, sindicalismo y comunismo. En el resto de los capítulos describe la evolución de estas tendencias hasta 1945, dedicando especial atención a las centrales obreras durante el período 1930-1945 (por ejemplo, la Confederación Sindical del Trabajo) y a los sindicatos más importantes (como la Unión Ferroviaria).
El anarquismo dejó de tener importancia real bastante antes de 1930; el sindicalismo [4], por su parte, pasó a ser la ideología más influyente en el MO hasta 1935. El socialismo incrementó su influencia en la primera mitad de la década de 1930, en buena medida por la abstención electoral de la Unión Cívica Radical luego del golpe de Estado de 1930, que permitió que el Partido Socialista se convirtiera en la segunda fuerza en el Parlamento. El comunismo, por su parte, ganó peso en varios sindicatos en la segunda mitad de la década de 1930.
El tratamiento del sindicalismo tiene especial importancia. Esta corriente fue introducida en Argentina por disidentes del Partido Socialista (1903); en sus comienzos adoptó una postura revolucionaria, proponiendo la acción directa (la huelga) como método para enfrentar al capital y la independencia del MO respecto a los partidos políticos (esto incluía la desconfianza en el Parlamento). Matsushita muestra como el sindicalismo fue dejando de lado su postura revolucionaria para pasar a una actitud dialoguista con el Estado, sin abandonar la prescindencia política. El sindicalismo perdió el control del MO en diciembre de 1935, cuando se produjo el golpe “obrero” que puso al frente de la Confederación General del Trabajo al líder de la Unión Ferroviaria, secundado por los socialistas y comunistas.
Matsushita señala que 1935 marcó la pérdida de influencia del sindicalismo “tradicional”, “que quería mantener la prescindencia política y al mismo tiempo negaba su colaboración con los partidos políticos” (p. 251). No obstante ello, persistieron varios elementos de ideología sindicalista, tal como éstos se habían plasmado hacia 1935: la concentración de la clase trabajadora en la lucha económica y la búsqueda de acuerdos con las autoridades gubernamentales.
Matsushita pone la atención en dos procesos paralelos, cuyo desarrollo se acentuó a partir de 1935: a) el incremento de la conciencia nacional en la clase obrera, que derivó en el paulatino abandono de la lucha de clases y la incorporación de la defensa de la soberanía nacional y la industrialización (capítulo VII, pp. 253-293); b) el desarrollo de la politización (definida como “intento de participar en política” - p. 331) sin motivación ideológica del MO (capítulo VIII, pp. 295-343). El primero de estos procesos facilitó el ascenso del peronismo en el MO, al proporcionar un lenguaje común entre Perón y los trabajadores; el segundo proceso remite a los respectivos fracasos del Partido Socialista y del Partido Comunista en ganar la conciencia de los trabajadores.
Matsushita dedica un apartado del capítulo IX (titulado “La relación entre los obreros y los Partidos Socialista y Comunista” - pp. 386-392-) a examinar las causas del fracaso de socialistas y comunistas en relación con el MO. Su argumento respecto al Partido Socialista puede resumirse así: “en el caso del Partido Socialista el problema radicaba en su debilidad estructural respecto al movimiento obrero. El Partido, de acuerdo con el principio de la independencia entre lo gremial y lo político, dejaba a los obreros socialistas actuar libremente en el campo sindical. (...) el vacío de liderazgo (...) ya existía aún antes de la guerra [se refiere a la Segunda Guerra Mundial]. Por lo tanto, cuando los directivos del Partido vieron un peligro en la política de Perón, carecían de autoridad para hacer objetar a sus afiliados las mejoras ofrecidas por Perón.” (p. 390-391).
Respecto al Partido Comunista, Matsushita apunta a la debilidad organizativa: “excepto en la FONC [Federación Obrera Nacional de la Construcción], no lograron organizar gremios que abarcaran una parte considerable de obreros en una rama de la industria. (...) La baja sindicalización de los gremios de la línea comunista se debe, en parte, a la persecución gubernamental, pero también a la alta movilidad que caracterizaba la sociedad argentina. Esa movilidad evidentemente no favorecía a los comunistas que se basaban en la teoría de la lucha de clases. Además, en los gremios de su línea, como pasó con los gremios de otros - o sea, del sindicalismo y del socialismo -, eran pocos los activos. De modo que cuando esos elementos fueron eliminados, disminuyó notablemente su influencia.” (p. 391).
Matsushita sintetiza su posición: “la causa del fracaso de ambos partidos en evitar la adhesión obrera a Perón, debe encontrarse más que en factores circunstanciales como la guerra, en la debilidad estructural y organizativa de ambos partidos, debilidad condicionada, en cierta medida, por la alta movilidad social que caracterizaba a Argentina.” (p. 392).
En definitiva, la irrupción triunfal del peronismo en el MO no obedeció a las habilidades del General ni a la manipulación estatal de una masa carente de cultura política. El MO argentino tenía cerca de 90 años de historia en 1945 y muchas de sus organizaciones contaban con varias décadas de actividad ininterrumpida. El triunfo del peronismo se explica, entre otras cosas, por las condiciones estructurales e ideológicas y por la actividad de Perón en 1943-1945. Matsushita indica una de las primeras: la movilidad social “fomentaba la tendencia a la lucha económica de los obreros, más que a la ideológica” (p. 392). Es un argumento poco convincente, pues no parece ser una situación excepcional en la experiencia internacional del MO; en todo caso la explicación debe articular ese factor estructural con otros factores.
Matsushita se concentra en los factores ideológicos. A este respecto su tratamiento de la evolución del sindicalismo entre 1903 y 1943 resulta indispensable para entender como llegó el MO al golpe militar de 1943. El autor proporciona una imagen más realista de los objetivos y los métodos de los trabajadores, dejando de lado la épica fomentada por los socialistas y comunistas. Sin vueltas, la lectura de la obra es imprescindible para los interesados en la historia del MO argentino y del peronismo.
Villa del Parque, jueves 14 de enero de 2021
[출처]
http://miseriadelasociologia.blogspot.com/2021/01/resena-matsushita-movimiento-obrero.html