El camino hacia la integración de América Latina ha sido y continúa siendo difícil y escarpado. En sus inicios, la idea de unión ya estaba presente en el pensamiento y las acciones de los próceres y pensadores, forjadores de la independencia de los nacientes Estados del subcontinente, extendiéndose hasta bien entrado el siglo XX. Después de la segunda posguerra, se fueron creando organismos y acuerdos que dieron cuerpo a formas concretas de integración, cooperación o comercio, la mayor parte de corte económico y financiero, otros de fuerte contenido social y cultural. Si bien algunas de estas instituciones nacieron bajo la concepción del panamericanismo y siguen siendo tributarias de sus contrapartes europeas o norteamericanas, hoy en día se trabaja intensamente en la búsqueda de nuevos conceptos de integración, de fuerte raigambre latinoamericana o caribeña, que se plasmen en organismos y acuerdos que permitan encontrar una salida a las crisis que en forma recurrente azotan a la región; formas de integración que privilegien las decisiones autóctonas y los recursos materiales y humanos de sus pueblos. Este libro da cuenta de la naturaleza e importancia de este recorrido institucional y esboza los elementos para una posible (re)construcción de su historia.